A día
de hoy son ya cincuenta y ocho mujeres a las que le quita la vida el terrorismo
machista en el Estado español en el 2016; la última de éstas, sucedida en
nuestro municipio, algo que a todas y todos nos llena de gran dolor.
Por
ello, desde su nombre, desde su dolor, desde su pérdida, queremos denunciar el
sistema que propicia que estos casos no sean aislados. El número de mujeres
asesinadas, ya no sólo por hombres, sino más propiamente por sus parejas,
aumenta cada año. Es por esto que no es algo ante lo que podamos cerrar los
ojos y callar, como si simplemente ella hubiese tenido mala suerte.
Cada
feminicidio es una advertencia para la mujer. Una advertencia que nos enseña el
peligro del sistema que nos ve como inferiores. Se nos cosifica, se nos acosa,
se nos sexualiza, e incluso, se nos mata. Y sí, esa es la cara más fea y cruel
del machismo, pero tan sólo la punta del iceberg. Cualquier mujer ha sentido
miedo al volver sola a casa por la noche, cualquier madre teme que a su hija le
echen “algo” en la bebida, cualquier mujer sabe que cobra menos por el mismo
trabajo.
Es por
esto y por mucho más, por lo que debemos estar organizadas contra la violencia
machista, propiciar la solidaridad entre mujeres y las redes de autoayuda.
Luchar juntas contra el patriarcado y cualquiera de sus expresiones. Porque no
estamos todas, faltan las muertas.
¡Contra
la violencia machista, respuesta feminista!